- 22 de noviembre de 2022
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Gran impresión causó “La Casita del Terror” entre los alumnos, docentes y administrativos que la visitaron en la celebración del “Día de Muertos”

En el marco de las tradiciones mexicanas para homenajear a quienes se adelantaron en el camino, y para celebrar el «Día de Muertos», el Programa Académico de Ingeniería en Tecnologías de la Información (ITI), a través de la Maestra María Raquel Ortíz Álvarez y el Dr. Said Polanco Martagón, decidieron presentar una opción de la «Casitas del Terror» que fue creada por 53 alumnos, 14 del noveno cuatrimestre quienes cursan la materia de «Expresión Oral/Escrita 2», así como de 15 alumnos del tercer cuatrimestre que llevan la materia «Habilidades Congnitivas de Creatividad» del Programa Académico de Ingeniería en Tecnologías de Manufactura, en conjunto con otros 25 alumnos del noveno cuatrimestre que cursan la materia de «Sistemas Embebidos» de ITI.
La «Casita del Terror» fue instalada en el salón 215 del edificio C, donde estudiantes, personal docente y administrativo la visitaron en sus cinco secciones o sets, donde el primero era un circo con un muñeco que giraba la cabeza 90 grados por medio de sensores y luces, con cabezas de payasos con luces, una rueda giratoria y un stand de globos. El segundo set representaba a un consultorio de hospital psiquiátrico, con una camilla y un muñeco que se movía por medio de sensores e hilos, una silla giratoria con un muñeco con luces que se activaban al acercarse las personas y unos frascos que contenían algo parecido a cerebros.
El tercer set representaba a una bruja en el bosque, hecho a base de hierba muerta, ramas y adornos de símbolos, carteles de bebés y niños perdidos, así como un caldero con pala que se movía por medio de motores, un pentagrama hecho con luces led programadas para funcionar con sensor de proximidad cuando la bruja se movía.
El cuarto set fue el panteón que tenía tumbas. ambientada con luces leds y una máquina de humo que se activaba con música, mientras que el último set fue el de zombies que se dividió en dos partes: la primera fue la sala de una casa que contenía una credenza, con un cuadro, una lámpara, un reloj y un sillón que alojaba un zombie que movía la boca, prendía los ojos y arrojaba sangre falsa (agua con colorante), por medio de sensores, motores y una bomba de agua, una bocina para reproducir el sonido del zombie; la segunda parte fue un elevador hecho de madera con tela y las puertas tenían manos
Para darle vida a “La Casita del Terror” los alumnos de ambas carreras se disfrazaron de acuerdo a sus respectivos sets y para la ambientación musical de la casa, los alumnos crearon sus propias historias.
“La Casita del Terror” causó gran impacto entre los visitantes, toda vez que por su creatividad y realismo impresionó a todos, sin el ánimo de causar daño alguno a nadie.